Víctor Manuel Palacios Sosa
Mi docencia la percibo como un quehacer muy importante, porque impacta directamente sobre seres humanos y sobre todo, porque impacta en seres humanos en formación de su propio ser, de su conocer y de su hacer.
Aún cuando el trabajo docente está muy devaluado en México, considero que mi trabajo como docente y el de todos los docentes, es fundamental para el desarrollo de nuestra Nación.
Creo firmemente que la dignificación del docente pasa necesariamente por la dignificación que los docentes hagamos de nuestra propia labor y, como consecuencia, que los demás mexicanos nos descubran como personas útiles, como contribuyentes eficaces y eficientes en la obtención del bien de sus hijos y de las comunidades en las que vivimos.
Pero aún cuando el trabajo de los docentes lo percibo de esa manera, considero que está lejos de lograr resultados a la altura de lo que los alumnos necesitan, entre otras cosas porque nos falta preparación en el campo de la docencia, pero también porque los sistemas de integración y desarrollo de los docentes no están aún en función de buscar la excelencia.
Ya se que mis palabras pueden provocar polémica, pero creo que al fin y al cabo la polémica sobre estas ideas puede contribuir al crecimiento de los mismos docentes.
¿Qué hago todos los días frente a mis alumnos? Si creo buscar que aprendan, pero creo más fundamental ayudarles a que vivan conforme a su propia dignidad de humanos; que vivan el respeto a la dignidad de todos los demás humanos, empezando por los que tienen cerca; que aprendan a vivir en libertad con responsabilidad; que no sólo sean justos en sus relaciones con los demás, sino que aprendan a ver en los otros a “otros yo”; que ayuden al más débil pero que contribuyan a construir condiciones sociales para que dejen de haber “débiles”; y que tienen una deuda para con la sociedad en la que viven, que es de donde obtienen todo lo que necesitan para vivir y desarrollarse como humanos.
En muchas ocasiones interrumpo la secuencia de la clase y aprovecho algún acontecimiento de la propia clase para insistirles en la vivencia de los valores enumerados arriba y de otros más.
Tal vez, para mayor objetividad, estas preguntas deberían responderlas mis compañeros docentes y sobre todo mis alumnos.
Agradezco la insistencia de mi asesor académico pero, dada la importancia de la labor docente, creo que a veces necesito que una persona siguiera mis pasos por las aulas y que al final del día me aconsejara respecto a como puedo mejorar mi trabajo, lo cual obviamente es imposible.
Así es que agradezco profundamente la oportunidad de formación que me proporciona la Universidad Pedagógica Nacional y espero estar a la altura de mis profesores y de mis compañeros.
viernes, 12 de diciembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario